LEE FIELDS

Jueves 29 Enero 2026
21:00h (puertas) /21:30h (concierto) 
Entrada anticipada 30€(+gg) (movingtickets.com); 34€ taquilla. (Venta en taquilla sujeta a disponibilidad)

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LEE FIELDS

La música soul fluye de Lee Fields tan libre y generosamente como el amor de Dios. Lo hace desde los años sesenta, cuando era un adolescente en Carolina del Norte, empapado de sudor en los escenarios de los juke joints, con billetes arrugados cayendo a sus pies. Y sigue haciéndolo ahora, cuando esta leyenda viva ronda los setenta, inaugurando el período más exitoso y fructífero de su carrera.

Como cualquier leyenda viva que se precie, Fields ha conocido la desesperación, el olvido y la derrota. Aunque hoy recorre escenarios de todo el mundo, y aunque ayudó a otras leyendas del soul como Sharon Jones (quien fue su corista) y Charles Bradley (a quien llevó en su primera gira) a dar sus primeros pasos, no siempre ocupó ese lugar. Hubo años —conocidos como “los años ochenta”— en los que Fields estuvo a punto de rendirse. Su éxito actual tiene, por tanto, un matiz agridulce: sus queridos amigos Bradley y Jones han fallecido, dejándole a él la tarea de sobrevivirlos y llevar adelante su legado.

Con todos estos años y toda esta vida a sus espaldas, llega una especie de sabiduría divina, y Fields la posee en abundancia. “Soy un pecador, como todos los demás”, dice con gravedad. No es un “tipo santurrón”, añade. Simplemente cree en la capacidad de las personas para amar y ser amadas, y entiende que la música es el puente divino hacia esos lugares. “Debemos ser conscientes en todo momento de lo que es bueno y lo que es malo”, me dice. “Una vez que perdemos esa conciencia, somos engañados.” Esta visión del mundo, a la vez severa y afectuosa, firme y acogedora, encuentra su expresión más plena en It Rains Love, su último y quizá más sincero álbum hasta la fecha.

It Rains Love es música de amor infinito, de dolor infinito, de amabilidad y sabiduría que reverberan, de décadas y vidas de sufrimiento transformadas en bondad. Es el calor de una mano extendida que agarra la tuya. Sus letras brillan con una pureza sobrenatural que nunca antes se había permitido tocar. Nunca ha sido un dictador al estilo de James Brown, pero su banda de siempre, The Expressions, le dio libertad absoluta para hacer lo que quisiera. Y acabó poniendo más de sí mismo —de su elocuente y peculiar personalidad— en su música de lo que jamás se había atrevido. Como dice en los títulos de las dos últimas canciones del álbum, “God Is Real” y “Love Is The Answer”. Juntas, podrían resumir todo lo que Fields ha estado tratando de decir desde que comenzó su carrera discográfica. Es, ni más ni menos, su visión de la condición humana.

El amor de Dios, sea cual sea la forma que adopte el misterio divino, irradia desde los arreglos húmedos y alegremente relajados de The Expressions. Para Lee Fields, nacido Elmer, Jesús es Buda es la Torá es la Biblia es el amor que sentimos por nuestras familias. “Soy de fe cristiana, pero creo que Dios está en todo”, dice. “Creo en cualquier religión que te diga que hagas lo correcto.” Su música abarca lo mismo, sin perder jamás su brújula en el soul: los ecos profundos de la batería en “God Is Real” insinúan el dub.

Solo un verdadero superviviente podría haber creado It Rains Love, y Fields no es otra cosa que eso. Lleva casado con la misma mujer 50 años. Vive en la misma casa. Es un hombre de fe profunda e inquebrantable, y parte de sus cimientos se remonta a los años ochenta, cuando su carrera parecía haber terminado. Nunca había alcanzado la fama, y los conciertos escaseaban. Era el momento, pensó. No habría más Lee Fields. “Pensé que estaba acabado”, dice sobre aquella época en la que la revolución del soul de la década anterior parecía retroceder bajo el asalto brillante del nuevo equipo sintetizado y la rígida programación de las primeras cajas de ritmos. “Casi literalmente me había rendido.”

Hizo otros planes: trabajó en bienes raíces. Planeaba abrir un restaurante. Se instaló en su papel, no como Lee Fields, sino como Elmer, el hombre de familia confiable y constante que sustentaba a su salvaje alter ego sobre el escenario. “Mi esposa me detuvo, amigo, me dijo: ‘Sigue con lo que sabes.’”

Hoy se encuentra a la vanguardia del renacimiento del soul, un rincón vibrante y en constante crecimiento que ha alimentado las aguas empobrecidas de la música pop del siglo XXI con virtudes de las que carecía: un sentido de lo atemporal, de lo eterno, de una tradición que se remonta a generaciones atrás. La música de Lee Fields ha sido recortada y sampleada por artistas de hip hop tan diversos como J. Cole y Travis Scott. Fields se ríe al recordar que Cole pensaba que el sample provenía de una canción “de antaño”. No era así, estrictamente hablando: Cole sampleó “My World Is Empty Without You” y “Ladies”, ambas de su álbum My World, publicado en 2009. Pero, en un sentido más profundo, tenía razón. La música de Fields no pertenece al “ahora”; pertenece a la eternidad. Ha estado testificando, en el sentido más puro de la palabra, desde que Otis Redding estaba vivo. Es historia viva.

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