Viernes 27-10-2017
23:00h (apertura puertas)
Entradas: 7€ anticipada (www.notikumi.com); 10€ taquilla.
GUITARRAZOS AL PODER
La eterna y mortalmente cansina reivindicación de los ochenta, reivindicación que, por cierto, ya está durando más que la propia década, ha eclipsado injustamente el impresionante legado de décadas posteriores. Y sí, nos referimos a los noventa, década que se dedicó a fusionar sin complejos el hard rock, el punk y el power rock de épocas anteriores en un momento en que Sting, Madonna, Phil Collins o Michael Jackson dominaban las listas de ventas. Una década de cuyo primer lustro podemos afirmar, contando con la suficiente perspectiva histórica, que supuso una brillante actualización del rock que dio nuevos aires al género, aunque paradójicamente, su legado tan solo se puede apreciar hoy en día en la música de algunas bandas puntuales, alguna de ellas con una calidad impresionante. Como sin duda es el caso que hoy nos ocupa.
Podría decirse que SCR es una suerte de supergrupo dentro de la escena underground, en que cada miembro brilla con luz propia y cuenta con experiencia anterior indiscutible a sus espaldas, como en su día fue Cream con Eric, Clapton, Geinger Baker y Jack Bruce. No en vano sus miembros provienen de tres de las mejores bandas de rock underground que ha dado este país en el presente siglo como son Idealipsticks, Dinero y Última experiencia. SCR irrumpieron en el panorama hace tan solo tres años de forma avasalladora con un potente álbum de debut como Hipnosis, en el que se dan la mano sus experiencias individuales en sus respectivos grupos con la herencia de los grupos de rock y stoner de los 90, como Alice in Chains, Kyuss, Rage Against The Machine, Queen of The Stone Age, y todo con el mérito añadido de escribir y cantar sus letras en castellano. Disco con el que llenan sala tras sala siendo considerados por gran parte de los medios especializados como una de las nuevas promesas del rock nacional.
Redoblan la apuesta con sus siguiente lanzamiento, en el que lejos de mostrarse más contenidos, siguen tan furiosos como políticamente incorrectos con Sado (2015). La guitarra siguen sonando potente mientras la base rítmica corre desbocada y trepidante, y la voz es pura actitud. Ambos álbumes se graban cada uno en un solo día, ya que SCR, no sin ni de coña un grupo al uso: cada uno prosigue con sus respectivas carreras, hasta que su productor Juan de Dios Martín, la cuarta pata del grupo, les junta para volver a grabar otro álbum. Y aun así, llevan un nivel de tres álbumes en cuatro años, un ritmo del que no todos los grupos hoy en d, hasta que su productor Juan Deo que no todos los grupos hoy en de con sus respectivas carreras, hasta que su productor Juan Deía pueden presumir.
A su nuevo álbum llegan como un grupo perfectamente definido con una identidad propia, que lucen desde el mismo títuloSota, caballo, rey(2017). En esta ocasión se suma a la fiesta en labores de producción trabajando codo con codo con Juan de Dios, nada menos que Andrew Scheps, que ha trabajado con bandas como Red Hot Chili Peppers, Black Sabbath, Metallica o Audioslave. El resultado es un disco en el que, sin perder su esencia, experimentan con canciones más pegadizas como “Rey Tuerto” y “Chica Loca”, o con baladas como “Eres Fuerte” o “Madre”. Y es que SCR es un proyecto en el que, en cuestión de experimentación, sus componentes pueden dar rienda suelta a unas inquietudes que no encuentran en sus bandas de origen. Por eso, al no depender de esta banda para llenar la nevera, no tienen nada que perder en cuanto al aspecto comercial del asunto, centrándose tan solo en facturar unas canciones acojonantes. Y eso se nota. “No somos una banda de grandes almacenes, de portada de periódico ni medios mayoritarios. Vamos hacer discos que nos gusten a nosotros y que puedan disfrutar gente como nosotros”, declaraba el cantante y guitarrista Eduardo M.Molina en una entrevista reciente. Amén a eso, ya que no hay nada como disfrutar bajo el escenario de una banda de rock sin nada que perder.
Ejerciendo como teloneros, otra de las más firmes promesas del rock hecho en Valencia en la actualidad, The Saltitos. Su fantástica carta de presentación, Do you like my accent? (2016) conjugaba con pasmosa naturalidad las guitarras hard rock, los inesperados estallidos punk y las melodías pop. Un disco conceptual con sabor a Tequila, limón y sal en el que se cuenta la historia del inmigrante mexicano Diego Saltito al cruzar de su tierra natal a Estados Unidos, la tierra prometida. Tan buen sabor de boca han dejado los Saltitos con su debut, que nos deja con ganas de más de cara a una próxima entrega. ¡Pinche discazo, cabrones!
Y solo hay un lugar en Valencia en el que estas dos bandazas podían citarse para un duelo bajo la luna. 16 Toneladas, por supuesto. (Mariano López Torregrosa).
SCR
La mecha del rock duro de los setenta encendida y lista para explotar en el nuevo milenio, power-trio donde se concentra el alma de Led Zeppelin, la contundencia de Queens Of The Stone Age, y el efectismo de las aventuras extra-matrimoniales de Jack White… sobran las palabras.
Con fuego corriendo por sus venas en vez de sangre y una sabiduría atesorada a lo largo de este medio siglo de buena música, Ekain Elorza (a la bateria), conocido hijo adoptivo de la capital como batería de Dinero y de los vascos Cobra, José Alberto Solís (al bajo), bajista fajado a las órdenes del Gran Wyoming y sobre todo en Última Experiencia, y un desconocido y jovencísimo Eduardo M. Molina (Tomaccos, Idealipsticks, El Kanka), a la voz y la guitarra, se encerraron en un estudio de grabación a las órdenes de Juan de Dios Martín (cerebro y productor), (Amaral, Barón Rojo, Camarón, Deluxe…), para parir el sonido del diablo. Rock ‘n’ roll de alto voltaje, super bestia y muy macarra.
THE SALTITOS
The SaltitoS es una banda de rock and roll con sabor a Tequila, limón y sal. Sus canciones narran la vida de Diego Saltito, un joven mejicano que cruza la frontera con Estados Unidos en busca de una vida mejor. Riffs potentes y voces desgarradoras te llevarán desde las soleadas cantinas mejicanas hasta el mismísimo infierno rojo en un viaje donde no podrás dejar de sacudir la cabeza. En otras palabras; Rock and Roll.